- Actualidad
Vegetación nativa: una de las claves para mitigar los efectos del cambio climático
Disminuir la temperatura, aumentar la humedad atmosférica y fortalecer los suelos, son algunos de los beneficios de plantar especies autóctonas y conservar los bosques.
En un mundo donde cada vez se conocen más efectos negativos de la deforestación y el cambio climático. El Dr. Álvaro Salazar, ecoclimatólogo de la Universidad de La Serena, junto a su equipo, han comprobado, a través de imágenes satelitales, que plantar y conservar la vegetación nativa es clave para combatir la crisis medioambiental y fortalecer los suelos.
Según el investigador, el efecto de la vegetación sobre el clima está supeditado principalmente a dos interacciones muy significativas. “Por una parte, las plantas absorben mucho carbono atmosférico en el proceso de respiración, por lo que disminuyen el CO2 de la atmósfera. Y, por otro lado, se comportan como una bomba que integra agua hacia la atmósfera, ya que liberan vapor de agua a través de las pequeñas células en la superficie de sus hojas, llamadas estomas”, detalló.
De acuerdo con los estudios, dicha interacción aumenta la humedad de la atmósfera inclusive, en algunos casos, aumenta la nubosidad y las precipitaciones, ayudando también a que los suelos conserven el agua y que ésta quede disponible para las plantas y otros procesos ecosistémicos.
En relación a ello, el académico señaló que este efecto entre “vegetación-clima” afecta mucho más a los ecosistemas áridos y semiáridos, ya que la atmósfera que está sobre ellos es la más sensible a los cambios en la vegetación de todos los ecosistemas del planeta, incluyendo el tropical.
Para Álvaro, en sitios como la Región de Coquimbo la vegetación tiene un mayor impacto relativo, ya que se trata de ecosistemas umbrales, es decir que están casi al límite de su capacidad y pequeñas variaciones en las fuentes de humedad pueden provocar grandes cambios en variables atmosféricas. “De lo poco que llueve, las plantas están adaptadas a dar su máximo. La pérdida de vegetación podría generar grandes cambios en la humedad de la atmósfera y del suelo, así como en el clima y en la temperatura superficial que aumentaría de manera considerable” explicó.
Los estudios liderados por el Dr. Salazar han demostrado que existen grandes beneficios de usar vegetación nativa en ciudades de la conurbación Serena-Coquimbo, pues esta ayuda a reducir la temperatura superficial e incluso, en zonas costeras minimiza los efectos negativos de las marejadas y tsunamis.
“Las ciudades son islas de calor y la vegetación que hay en ellas tiene que ser nativa porque está adaptada, en el caso de la región de Coquimbo, a condiciones de sequía. Entonces, el efecto a través de la transpiración de las plantas lo que hace es bajar significativamente la temperatura. Por ejemplo, en el caso de Ovalle, la diferencia entre la temperatura de la Plaza de Armas de Ovalle con las casas y los edificios y construcciones alrededor de ella, es de hasta 10 °C”, explicó el eco climatólogo.
A juicio del académico, es imperante proteger y restaurar los ecosistemas naturales, especialmente en áreas áridas y semiáridas, donde se pueden plantar especies adaptadas a la sequía. Esto con el objetivo de asegurar un futuro más sostenible frente a los desafíos ambientales que enfrenta el planeta en la actualidad.
Escrito por Jisvel Cliff, estudiante en práctica de Periodismo ULS - Oficina de Divulgación