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Alumni USerena recibe el premio Composición Jorge Peña Hen 2024

Carlos Molina, en enero fue reconocido por la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile por su contribución al enriquecimiento del patrimonio musical.
Nacido en La Serena, su vínculo con la música se inició desde temprana edad. A los 11 años, tuvo una de sus primeras experiencias musicales al presentarse junto a un grupo de música andina en un Taller Pedagógico dirigido por la profesora Olivia Concha en el Departamento de Música de la Universidad de La Serena en 2003. Posteriormente, a los 13 años, ingresó al Coro de Cámara de la misma casa de estudios, donde recibió una formación musical integral bajo la dirección del maestro Eduardo Gajardo, destacado profesor normalista, director de coro y compositor, quien, con una enseñanza caracterizada por el rigor, la disciplina y la profundidad interpretativa, dejó una marca significativa en su trayectoria y en la de numerosas generaciones de músicos.
Hoy, como titulado de la carrera de Pedagogía en Ed. Musical de la Universidad de La Serena, Molina no solo ha perfeccionado su arte, sino que también ha dedicado su carrera a la formación de nuevas generaciones de músicos. Su compromiso y talento han sido reconocidos a nivel nacional, a través del premio Composición Jorge Peña Hen 2024, reconocimiento entregado por la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI), destacando su aporte en la creación de música para orquestas sinfónicas infantiles.
Molina recuerda su paso como estudiante por la Universidad de La Serena como un momento de alta relevancia para su formación musical donde, a través de los académicos y compañeros, aprendió a explorar distintos enfoques de la enseñanza musical, experiencia que hoy aplica en su labor como docente y compositor. Asimismo, destaca que el Departamento de Música forma integralmente a sus estudiantes, entregando herramientas que permiten a los docentes adaptarse a los cambios generacionales y cumplir con los estándares educativos actuales.
“Gracias a esto, muchos de mis compañeros han podido realizar una carrera nacional e internacional cubriendo cargos en las principales orquestas del país, formando grandes solistas, interpretes y directores. Creo que la Universidad de La Serena es un buen lugar para el desarrollo de la música en la Región de Coquimbo”, sostuvo.
Para Carlos Molina recibir un reconocimiento por su trabajo en composición, área que ha desarrollado de manera autodidacta, ha sido una fuente de gran satisfacción y orgullo profesional, especialmente considerando que su formación académica se centra en la educación musical. En esa misma línea, destaca que “gracias a mis estudios realizados en la Universidad, me ha permitido mejorar muchas de mis herramientas y formas de trabajo en la composición musical”.
Su motivación para participar en el concurso surgió tras finalizar su carrera de Pedagogía en Educación Musical en el año 2024, sintiéndose más preparado para asumir un desafío importante. Este paso resultó ser una gran decisión, reflejada en el reconocimiento obtenido, que reafirma su crecimiento y proyección dentro del mundo de la composición musical.
Para el Alumni USerena, la formación universitaria es solo el inicio de un camino de aprendizaje continuo, esencial para el desarrollo personal y profesional. Por ello, aconseja a los estudiantes, no solo de Pedagogía en Educación Musical sino de cualquier carrera, que mantengan una actitud abierta hacia nuevos desafíos y oportunidades de crecimiento. “No se queden con una sola etapa de aprendizaje, sino que estén abiertos a nuevos desafíos personales y profesionales y que logren crecer como personas que contribuyan a mejorar nuestra sociedad”, expresó.
Con la mirada puesta en el futuro, Molina planea seguir explorando nuevas sonoridades y proyectos que permitan acercar la música sinfónica a más personas, manteniendo vivo el legado de la educación y la composición en Chile.
Un homenaje a la provincia
Su obra titulada “Elqui”, fue creada a partir de una residencia realizada por el joven músico junto a la Orquesta Sinfónica Infantil Metropolitana (OSIM), fue creada especialmente para orquestas de estas características, y cuyo resultado fue estrenado el pasado 10 de enero en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos, Santiago. Su trabajo con la Orquesta Sinfónica Infantil Metropolitana no solo le permitió plasmar su visión artística, sino también adaptar su música al talento emergente de jóvenes intérpretes, promoviendo el desarrollo de nuevas generaciones de músicos en el país.