Userena utiliza tecnología japonesa para impulsar un laboratorio de análisis molecular único en el norte

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Con el nuevo equipamiento de alta gama, donado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), se podrá identificar moléculas clave en residuos pesqueros, con el fin de transformarlos en productos de alto valor.

La Universidad de La Serena, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología (JST), tienen una fuerte relación de trabajo mancomunado en diferentes áreas, y una de las más recientes es el proyecto de cooperación SATREP de Recuperación de Bioproductos de Alto Valor para Aumentar la Sustentabilidad de la Industria Pesquera en Chile (ReBiS), en colaboración con la U. Católica del Norte.

En el marco de este proyecto, la JICA donó distintos equipamientos para los nuevos laboratorios SATREPS construidos con fondos propios de la Universidad de La Serena (USerena).

Entre los equipamientos donados por JICA, se encuentran aquellos que permiten el procesamiento de materia prima y muestras que proporcionan una plataforma analítica poderosa, única en la Región de Coquimbo y en la zona norte de Chile, que ha permitido el estudio detallado de bioproductos y sus modificaciones, consolidando estudios que han demostrado que los residuos marinos pueden ser un aporte para la industria, proyectando en el área una economía circular local basada en la utilización de estos recursos pesqueros poco demandados como tal.

Con respecto a esto, el Coordinador Institucional del Proyecto SATREPS USerena, Dr. Ronny Martínez, relató que “recibimos equipamiento de alta tecnología, entre ellos, dos espectrómetros de masa, uno es un espectrómetro de masa MALDI-TOF (Matrix-Assisted Laser Desorption/Ionization Time-of-Flight) y el otro equipo es un espectrómetro de masa ULTRA-HPLC, acoplado a un detector de ESI-TOF (Electro Spray Ionization Time-of-Flight), que es un es un dispositivo que mide la exposición a campos electromagnéticos de baja y alta frecuencia”.

Ambos equipos son útiles para identificar moléculas desde muestras puras (de dos a cuatro tipos de moléculas) y mezclas de muestras (cientos o miles de tipos de moléculas), “por ejemplo, el MALDI-TOF tiene un láser que ioniza las moléculas, las que al ionizarse son sometidas a un campo eléctrico y dependiendo de la intensidad de la energía que se incide sobre ellas y sus propiedades intrínsecas, es decir la masa y la carga, van a volar con distintas velocidades y van a llegar al detector a distintos tiempos, entonces ahí se puede hacer una diferencia entre las moléculas y dependiendo de cálculos que se hacen para conocer la carga se puede saber la masa de esos fragmentos”, agregó.

El experto también explicó que “como los átomos tienen masa fija uno puede saber las mezclas de átomos que hay en cada uno de esos trozos que está detectando el equipo, entonces eso permite conocer tanto perfiles de masa en la muestra, así como la identificación de moléculas con una masa determinada”.

“El segundo equipo es similar, pero para usarlo, se hace una separación anterior de las moléculas por cromatografía líquida. Son dos equipos bastante avanzados en términos de tecnología y son poco comunes de tener en laboratorios de análisis, entonces es un salto tecnológico en la capacidad que tenemos nosotros como laboratorio acá en el Departamento de Ingeniería en Alimentos y en la Universidad y para nuestros colaboradores”, añadió.

Posibles usos

En cuanto al rol que cumple la aplicación de estos equipos para el desarrollo de este proyecto que busca la reutilización de los residuos de la pesca, el Dr. Ronny Martínez, dijo que “una de las barreras que tenemos en Chile en general, es que hasta ahora, no se tiene la capacidad tecnológica de poder perseguir la molécula exacta o determinar en la mezcla de moléculas, cuál es exactamente cada una de ellas, por lo que generalmente se trabaja con patrones, para detectar señales que nos dicen que molécula está ahí, pero estos equipos nos acercan a tener la capacidad de detectar la molécula específica y cuantificarlas en los distintos residuos o en las distintas biomasas con las que estamos trabajando”.

Ahondando en esto, el experto detalló que “con una metodología de extracción o de tratamiento de esta biomasa de residuos de la pesca, podríamos saber si un extracto tiene colágeno, glucosamina y quitosano y en qué porcentajes, lo que nos da una mayor posibilidad de caracterizar y de ofrecer los potenciales productos con más certeza, lo que aumenta su valor, porque por ejemplo, no es lo mismo tener harina de pescado, que tener un extracto de pescado, con el detalle específico de la cantidad de omega 3 y en el caso de los cosméticos podríamos ver si tiene  ácido hialurónico, glucosamina y otros”.

En suma a esto, el investigador aseguró que “más allá del proyecto, con estos equipos se tiene el potencial para poder hacer servicios de autentificación de alimentos, para comprobar si es que hay adulteración, como en el caso de la miel, la que podría analizarse por espectrometría de masa o por MALDI, ya que las características fisicoquímicas como la viscosidad o el sabor no cambiarán, pero si hay adulteración por que le agregaron chancaca o jarabe de glucosa, el patrón a nivel de masas sí va a cambiar”.

También se pueden hacer identificaciones de bacterias, a través de espectrometría de masas, “ya que cada bacteria tendrá su patrón de moléculas, lo que abre las puertas a hacer colaboraciones científicas y servicios de control de calidad, autentificación o caracterización de productos”, puntualizó.

Finalmente, indicó que “la incorporación de estos equipos analíticos de alta resolución representa un avance significativo para la ciencia y la tecnología en la Región de Coquimbo, ya que posiciona a sus instituciones en la vanguardia de la investigación aplicada en bioproductos marinos. Esta capacidad instalada no solo fortalece la generación de conocimiento científico, sino que también abre nuevas oportunidades para el desarrollo de una economía circular basada en la valorización de residuos pesqueros, promoviendo la innovación, la sustentabilidad y la articulación público-privada en el norte de Chile”.