Observatorio Vera C. Rubin: el antes y después en la formación de astrónomos

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Con el inicio de operaciones del observatorio Vera Rubin, estudiantes y académicos acceden a un nuevo paradigma científico desde la Región de Coquimbo, razón por la cual la Universidad de La Serena ha optado por formar estudiantes preparados para enfrentar el inmenso universo de datos astronómicos que se avecina.

Recientemente se revelaron las primeras fotos del Observatorio Vera C. Rubin, las que fueron tomadas con la cámara digital más grande jamás construida, instalada en el poderoso Simonyi Survey Telescope, que se ubica en el Cerro Pachón de la Región de Coquimbo.

Este observatorio está encargado de realizar un censo del cielo a través de la misión LSST (Legacy Survey of Space and Time/Estudio del legado del espacio y el tiempo), ayudando a responder cuestiones fundamentales de la astronomía, como comprender la naturaleza de la materia y la energía oscura; crear un catálogo del sistema solar; mapear la Vía Láctea; y explorar de aquí a 10 años todos los objetos visibles desde esta tierra chilena, con énfasis en aquellos objetos astronómicos que cambian de posición o de brillo con el tiempo.

La primera imagen revelada fue llamada “Un cofre de tesoros cósmico”, mostrando alrededor de 10 millones de galaxias, a partir de 1.100 fotos tomadas por el telescopio, las que corresponden a sólo el 0,05% de los cerca de 20.000 millones que planea mapear el Rubin durante sus 10 años escaneando el cielo.

Respecto a esto, la Directora del Departamento de Astronomía de la Universidad de La Serena, Dra. Amelia Ramírez, explicó que “este observatorio viene a romper los estándares habituales de lo que es la observación astronómica, ya que gracias a su proceso de captación de imagen, nos ofrece una inmensa cantidad de información que se va generando noche tras noche”.

En solo siete noches de observaciones (10 horas en total) se captaron más de 2.000 asteroides nunca antes vistos en nuestro Sistema Solar. De hecho, siete de estos objetos están cercanos a la Tierra, aunque no significan ningún peligro para el planeta.

En comparación a esto, se debe considerar que en un año, otros observatorios terrestres y espaciales descubren unos 20.000 asteroides.

En relación a esto, la directora aseguró que “esto es un hito importantísimo, ¡se está haciendo historia!, no solo por el modo de adquirir los datos observacionales, sino por el perfil del astrónomo o astrónoma que se requiere, pues este ya no necesita seguir personalmente los datos particulares de las noches asignadas a su proyecto, sino que debe saber nadar computacionalmente entre los terabytes de datos, debe verificar que las imágenes que están saliendo a luz están corregidas de todos los efectos instrumentales y sobre todo requiere de utilizar al máximo su conocimiento astrofísico para una búsqueda inteligente de objetos y fenómenos, que noche tras noche irán apareciendo y alertando a toda  la comunidad astronómica”.

Si bien esto es un hito que se logró principalmente con el financiamiento de EEUU, “el equipo de científicos a cargo de justificar el proyecto inicial (Legacy Survey of Space and Time/Estudio del legado del espacio y el tiempo -  LSCT) generó grupos de trabajo para que los diferentes tópicos de estudio astronómico, instrumental y computacional fuese justificando y ampliando el alcance de lo que sería el  telescopio una vez construido. En estos grupos internacionales de astrónomos participamos varios de los académicos del actual Departamento de Astronomía de USerena”, recordó Ramírez.

Más mentes reflexivas

En cuanto al acceso que podrían tener los estudiantes y académicos de USerena, la Directora del Departamento de Astronomía, Dra. Amelia Ramírez, detalló que “con el observatorio Vera Rubin ya no se accederá a un tiempo de telescopio específico, sino que uno tendrá acceso a los bancos de datos, lo que además va quedando guardado como legado histórico y disponible para todos”.

Debido a esto, es que “en USerena estamos preparando a nuestros estudiantes desde la licenciatura al doctorado para que comiencen a hacerse preguntas críticas, claves y acordes a este nuevo escenario que supone una nueva manera de hacer la astronomía, ya que ahora los astrónomos deberán buscar en ese mar de datos que varían en el tiempo, como los miles de asteroides que se han observado”, recalcó la Dra. Ramírez.

“Es demasiada la cantidad de información a la que vamos a acceder y mucho más rápido, por eso, ahora que tenemos la información a nuestro alcance,  necesitamos formar mentes altamente reflexivas”, enfatizó.

Sobre esto, la Dra. Ramírez adelantó que “estamos en conversaciones para que nuestros estudiantes tengan la posibilidad de visitar el observatorio Vera C. Rubin, y conversar directamente con los técnicos, ingenieros, ópticos y astrónomos del staff permanente del observatorio, y aprendan a relacionar de forma directa cómo el avance de  la gran capacidad de estos instrumentos de alta gama va de la mano de los nuevos conocimientos generados”.

En línea con esto, la directora recalcó que “si bien el licenciado aprende matemática, física, astronomía y todas las herramientas de la ciencia básica, finaliza sus cuatro años de carrera con un taller de investigación con proyectos que están ejecutado los académicos del Departamento, para aprender a usar las sofisticadas herramientas computacionales específicas que se requiere para usar estos grandes telescopios”.

“También invitamos a astrónomos que trabajan en los observatorios, como Las Campanas, La Silla, NoirLab, entre otros, para que hagan charlas magistrales a los estudiantes de licenciatura, magíster y del doctorado, en cada visita ellos no solo comparten sus conocimientos, sino que también comparten su red de colaboradores internacionales, impactando directamente en las futuras postulaciones a becas de nuestros estudiantes”, añadió.

Finalmente, la Dra. Ramírez afirmó que “nuestra universidad tiene el gran potencial de tener acceso directo a los observatorios que hay en el territorio regional o cercanos a este, dado que varios de los integrantes de la comunidad astronómica que ahí trabaja han formado parte de la comunidad USerena, como egresados, postdoc, profesores visitantes o por especial aprecio a la ciudad de La Serena. De manera que en la mayoría de los casos nos unen profundos lazos de amistad y compañerismo académico”.