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Investigador estudió cómo ha influido el deporte en la conformación de la masculinidad en Chile

El académico de USerena, Alex Ovalle, analiza cómo el deporte dio forma al ideal masculino chileno que aún está presente en la sociedad.
“La hípica en el Sport Ilustrado, sociabilidad y discursos masculinos en la prensa deportiva chilena (1901-1903)”, es el título del artículo que el Director de la Escuela de Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de La Serena, Alex Ovalle Letelier, publicó en la revista “Historia 396”.
“Con este artículo, quisimos destacar cómo esta revista aporta un elemento de modernización, dándole sentido cultural a la hípica, transmitiendo valores de una masculinidad que todavía se conserva en la actualidad”, explicó el doctor en Historia.
En la publicación del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, se analizó el impacto histórico de los deportes en la conformación de la identidad masculina chilena. Ahondando en esto, el experto indicó que “entre estos comportamientos está la competencia por ejemplo, elemento que se mantiene y que se traduce como una violencia permitida, algo que no podemos eliminar, porque la humanidad se construyó a partir de la violencia y de la solidaridad, entre otras cosas”.
El historiador también detalló que “aquí estudiamos el impacto histórico del deporte en la clase alta, ya que la hípica, fue el primer deporte al que se le denomina sport en Chile, porque las personas que lo practicaban o lo seguían, tenían contacto directo y comercial con Inglaterra o vacacionaban en Europa”.
En la hípica, añadió, “se expresa lo moderno y lo tradicional, ya que por un lado se tiene la cultura hispana y la mapuche, que tenían una relación originaria con el caballo, y por otro está la inserción de este deporte británico que implementa el stud book, mediciones, estadísticas y el enfoque genético de las razas de caballos, contexto que determinará las apuestas y exigirá que el jinete sea un sujeto lo más apto posible para poder ganar la carrera”.
Según Ovalle, “con este estudio, quisimos mostrar que existen espacios de sociabilidad masculina, donde las personas que están ligadas al ejercicio del poder y la solvencia económica, toman decisiones sobre la construcción de lo masculino y lo femenino, lo que transmiten a través del medio de comunicación”.
En esa época, detalló, “se estaba conformando un discurso que se vale del deporte para forjar la identidad de hombre que se quiere para la nación, mediante un espacio de ocio, mientras que al mismo tiempo se intervenían chinganas y se implementaban prácticas de profilaxia, lo que también tiene que ver con el auge de la medicina, que consideraba el alcoholismo y la prostitución como enfermedades sociales”.
El académico también recordó que “a finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, se buscaba generar un progreso económico y cultural, que permitiera la masificación de la alfabetización masculina y femenina, por eso, los medios de comunicación, como el Sport Ilustrado tienen un papel crucial, que aunque apunta a un público de élite, abrió la puerta a la masificación de otro tipo de revistas deportivas”.
Ovalle también aseguró que en Chile, “adoptamos la modernidad europea, pero seguimos siendo latinoamericanos y ese mestizaje se observa en esta revista, ya que publica a personas vestidas de huaso y a un cacique montado a caballo, porque a pesar de que a principios del Siglo XX estaban pacificando la Araucanía, no se veía a los mapuches ni a los pueblos originarios desde la derrota”.
Asimismo, opinó que “esta revista y otros medios de comunicación escritos en ese momento, elogiaban a los mapuches, porque ningún otro pueblo originario fue capaz de usar el caballo, pero también queriendo instalar el mensaje de que había mapuches buenos y malos, como otro elemento de la construcción de este hombre nuevo que se quiere forjar y que se basa en los valores del liberalismo y el nacionalismo democrático”.
Sumado a esto, el experto señaló que “en ese entonces estaba la creencia de que al mantener una práctica deportiva o rodearse de este ambiente, el hombre se alejaría de los burdeles, encauzando su energía, para después volver a casa a enfocarse en su rol”.
Masculinidad híbrida
Queriendo entender el rol histórico de los deportes en la construcción de la masculinidad chilena, el Dr. Ovalle previamente publicó “Pelota de trapo: fútbol y deporte en la historia popular” y "El Viril Deporte: Boxeo, Modernización y Cultura de Masas en Chile (1904-1931)”, entre otros artículos.
“El deporte es una de las ciencias sociales que más ha avanzado los últimos 20 años, pero los estudios socioculturales del deporte en América Latina han puesto al pueblo como sujeto histórico en su organización política, mutual, sindical y partidista, pero no se había estudiado la historia del ocio de la clase trabajadora, en cuanto al deporte, no así en el folklore, particularmente con los estudios de Oreste Plath y Eugenio Pereira, sobre los juegos y las expresiones del baile”, afirmó.
En el contexto de la modernización de principios del siglo XX, entran al menos dos deportes muy populares en Chile y América Latina: el boxeo y el fútbol.
“La clase trabajadora de ese entonces era predominantemente masculina y se volcó culturalmente a estos deportes, razón por la cual empezamos a preocuparnos por la virilidad y la masculinidad”, dijo.
El académico de USerena también destacó que “el fútbol era un fenómeno imparable y la irrupción del boxeo también fue interesante, porque irrumpió en Latinoamérica al mismo tiempo que en Europa, donde se entrenaba a niños para ser guerreros, ya que el deporte tiene la característica de ser la representación del orden y el jolgorio”.
“También están los códigos internos de la masculinidad, quiénes son los que aguantan más y llegan más lejos, códigos que no son entregados desde arriba, porque si bien el deporte era una forma en que las élites podían controlar a las personas, al mismo tiempo surge en un contexto de mucha pobreza, en plena cuestión social, con jóvenes que tenían sus propias rebeldías, por lo que esta masculinidad era una especie de híbrido entre el roto chileno y lo que querían las élites como formación ciudadana”, argumentó.
De acuerdo al Dr. Ovalle, “los varones siempre están en un proceso de medición entre ellos, por eso, el espacio de distensión siempre está relacionado con los deportes, ya sea practicándolo o viéndolo, ya que los deportes surgen como una manera ordenada de ejercer violencia, con reglas y premios. De hecho, hay culturas que saben canalizar mejor la violencia, por ejemplo, en las culturas orientales surge el arte marcial, que cuando pasan a occidente se toma como un pasatiempo, pero podría ser mortal”.
Dinámicas masculinas
En ese contexto, Ovalle remarcó que “el debate a propósito de la construcción cultural de la masculinidad hoy está muy en boga, porque a medida que vamos comprendiendo, podemos tomar posiciones más sólidas y al mismo tiempo, generar una comprensión acerca del rol que tienen las mujeres en la historia”.
En línea con esto, Ovalle insistió en que “es importante estudiar las dinámicas masculinas, para saber cuál es el papel que tienen dentro de la sociedad actual y por eso creo que deberían hacerse muchos más estudios sobre la masculinidad, ya que todos debemos tratar entender cómo se conforma la realidad actual, apostando a mejorarla, para que mujeres y hombres podamos vivir de una mejor manera”.
“Por eso es que es tan importante el financiamiento de las ciencias sociales y las humanidades, porque es así como construiremos una sociedad más comprensiva, un ejemplo de esto es que los países que tienen presidentes arbitrarios y violentos, son los mismos que están en contra de las ciencias sociales”, remató.