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La vinchuca: el insecto que transmite el Mal de Chagas, una enfermedad que puede aparecer hasta 20 años después de la picadura
Desde la Universidad de La Serena entregan información respecto a las características más llamativas de la especie que habita desde Coquimbo a Arica.
La vinchuca es un insecto que transmite el Mal de Chagas a través de sus heces, esta especie está presente en gran parte de la Región de Coquimbo y en otras zonas del norte chileno y pese a que se conoce su existencia gran parte de la población no sabe cómo reconocerlo o qué daño puede causar en su salud.
“Las vinchucas son del grupo de los chinches, no presentan alas, son aplanados, plomizos o de colores negros y con ribetes rojos en la parte lateral del animal, es una especie de amplia distribución que puede ser encontrada en la costa, en los valles transversales e incluso en sectores precordilleranos”, explica Jaime Pizarro, académico del Departamento de Biología y encargado del Laboratorio de Entomología de la Universidad de La Serena.
La enfermedad de Chagas se transmite a través de las heces del insecto, las cuales contienen un parásito conocido como “Trypanosoma cruzi” y el contagio se produce tras su picadura, debido a que el insecto procede posteriormente a defecar en la zona. Se le conoce como una “enfermedad silenciosa” y es en la Región de Coquimbo donde se registran más casos históricamente a nivel nacional. Es más, actualmente, en la zona ya se hay más de 2 mil casos detectados y el 57% de los fallecimientos por mal de Chagas se registran en esta región.
El académico de la Universidad de La Serena destaca que “la Región de Coquimbo es donde más se puede encontrar esta especie, y se trata de un dato histórico, sobre todo en las provincias de Limarí y Choapa, donde existen zonas rurales, casas de adobes y pircas, lugares en los que estos animales muestran preferencia. Sin embargo, en los últimos estudios, se han encontrado tres especies de distribución costera, presentes en todas las playas desde Arica hasta Coquimbo, son especímenes que no vuelan y también transmiten la enfermedad”.
Respecto a su presencia en las zonas urbanas, Pizarro indicó que “estos insectos también se pueden encontrar en la periferia de la ciudad, en lugares como la conurbación de La Serena y Coquimbo. Ahora mucha gente vive en parcelas de agrado y este puede ser un ambiente ideal para las vinchucas”.
En cuanto a la enfermedad, los parásitos ingresan al torrente sanguíneo y, una vez dentro del organismo, se desarrolla la enfermedad parasitaria, la cual puede prolongarse por años sin despertar síntomas, sin embargo, a largo plazo puede dejar secuelas en el colon y el corazón.
La enfermedad o mal de Chagas consiste en una afección inflamatoria e infecciosa y es conocida por tener al menos dos fases, cada una con sus propias manifestaciones y complicaciones. La primera de ellas es la fase aguda que puede durar desde semanas a meses sin presentar síntomas en la mayoría de los casos, estos pueden ser hinchazón en el sitio de la infección, fiebre, fatiga, erupción, dolores del cuerpo, hinchazón de los párpados, dolor de cabeza, pérdida del apetito, náuseas, diarrea o vómitos, ganglios inflamados y agrandamiento del hígado o del bazo.
En cuanto a la fase crónica, los signos pueden aparecer 10 a 20 años después de la infección inicial o nunca presentarse. Aquí los síntomas pueden ser latidos irregulares del corazón, insuficiencia cardíaca, paro cardíaco repentino, dificultad para tragar debido al agrandamiento del esófago, dolor estomacal o estreñimiento debido al agrandamiento del colon.