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Las moscas: más que un simple insecto, un pilar ecológico
Estas detestadas criaturas cumplen un papel fundamental en el ecosistema, desde la polinización hasta el reciclaje de nutrientes y el control biológico de otras poblaciones de insectos, por lo que antes de matarlas, piénselo dos veces.
Las moscas, a menudo vistas como una molestia, son en realidad un componente vital de nuestro ecosistema. A pesar de su tamaño diminuto, estas criaturas desempeñan un papel crucial en la naturaleza, y su existencia es esencial para el equilibrio del medio ambiente.
Así lo explicó el entomólogo de la Universidad de La Serena, Dr. Jaime Pizarro, quien aseguró que, pese a que son despreciadas por la gente, deberíamos verlas como “un insecto que cumple un papel importante dentro del ecosistema y que logra hacer un gran trabajo pese a su pequeño tamaño, actúan como descomponedoras, ayudando a descomponer restos orgánicos y reciclar nutrientes en el suelo. Algunas especies son polinizadoras y, en otros casos, sirven de alimento para diversas especies de aves, anfibios, y otros insectos”.
¿Por qué cuando la temperatura aumenta las moscas se vuelven una molestia en nuestro entorno? Porque cuando estos insectos encuentran condiciones óptimas para su reproducción y desarrollo, ellas se toman los espacios y se reproducen rápidamente, y el calor favorece el crecimiento de sus larvas.
Aseguró además que “la presencia de materia orgánica en descomposición en nuestros entornos les ofrece alimento y lugares de reproducción a estas especies, por eso, es común verlas en abundancia en la época de calor”.
Lejos de ser simples insectos molestos, éstas tienen una tarea potente considerando que la vida de una mosca doméstica -Musca doméstica-, una de las especies más comunes en el mundo, suele durar entre 15 a 30 días en condiciones favorables, aunque pueden sobrevivir algo más en ambientes controlados. Su ciclo de vida es rápido, y su capacidad de reproducirse en corto tiempo les permite adaptarse y mantenerse en el ambiente.
Pese a su rol importante en la naturaleza hay que tener cuidado con las moscas, ya que revisten un peligro para la salud de las personas, y según el experto, académico y entomólogo del laboratorio de entomología USerena, “algunas especies pueden ser portadoras de microorganismos patógenos, ya que, al alimentarse de restos orgánicos y basura, pueden recoger bacterias, virus y parásitos que luego transportan a otras superficies, incluido el alimento humano. Sin embargo, no todas las especies son peligrosas, y su capacidad de transmitir enfermedades depende de su hábitat y sus comportamientos”, afirmó.
La presencia de las moscas no es algo que se pueda eliminar por completo, pero sí tomar medidas para minimizar sus efectos negativos. El control adecuado de residuos y la mejora de las condiciones de higiene en el hogar y en los espacios públicos son fundamentales para evitar que las moscas se conviertan en un problema de salud pública.
Además, existen alternativas para reducir su proliferación sin dañar el medio ambiente, como el uso de repelentes naturales y la instalación de mallas protectoras en ventanas y puertas.
Al final, las moscas nos recuerdan que, en la naturaleza, nada es completamente bueno o malo y que, bajo la apariencia insignificante del insecto, puede tener una profunda influencia en el entorno de la vida cotidiana, la salud y la biodiversidad.
Tipos de moscas
Musca domestica: Comúnmente conocida como la mosca doméstica, es una de las especies más abundantes en áreas urbanas y rurales de Chile. Esta especie se asocia a ambientes humanos debido a su capacidad de aprovechar restos de alimentos y materia en descomposición.
Lucilia sericata: Esta especie, también conocida como la “mosca verde de la carne,” es común en ambientes rurales y urbanos. Sus larvas se desarrollan en cadáveres o carne en descomposición, cumpliendo un papel esencial en la descomposición de la materia orgánica y en la cadena trófica. Lucilia sericata es también utilizada en entomología forense para estimar el tiempo de muerte en cadáveres, dado su patrón de colonización.
Calliphora vicina: Esta especie, también conocida como la “mosca azul de la carne,” es común en regiones templadas y se encuentra en varias zonas de Chile, particularmente en áreas rurales. Al igual que otras moscas de la familia Calliphoridae, cumple un papel en la descomposición de cuerpos y residuos orgánicos. Su presencia en zonas donde hay ganado y desechos de alimentos es notable durante las temporadas cálidas.
Drosophila melanogaster: Este díptero es conocido mundialmente como la “mosca de la fruta” y se encuentra ampliamente distribuido en Chile, especialmente en áreas frutícolas. Las larvas de Drosophila melanogaster se desarrollan en frutas maduras o en descomposición, participando en el proceso de descomposición de vegetales y frutas.
Culex spp: Este díptero es relevante en ambientes urbanos y periurbanos de Chile, especialmente en áreas donde existen aguas estancadas. Culex spp es un vector de diversas enfermedades.