IA en la educación superior: Investigador expuso sobre sus oportunidades y riesgos en la gestión curricular

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“No podemos permitirnos que el estudiante pregunte a la IA algo que puede consultarnos a nosotros, sus profesores”, recalcó el Dr. Manuel Vargas, de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, en una charla del Centro de Apoyo a la Docencia en Humanidades (CADH).

Los alcances de la IA en la gestión del currículo educativo fue la temática de una sesión de aula virtual, organizada por el Centro de Apoyo a la Docencia en Humanidades (CADH) de la Universidad de La Serena. En esta actividad se realizó la charla titulada “Inteligencia Artificial en la gestión curricular universitaria: oportunidades, desafíos y rutas transformadoras”, dictada por el académico, consultor e investigador, Dr. Manuel Vargas Pérez, de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica.

La presentación de Vargas se enfocó en mostrar cómo, desde hace algunos años, la IA ha ido generando cambios en el trabajo de los gestores curriculares en la educación superior, permitiendo personalizar el aprendizaje, analizar de manera predictiva la toma de decisiones, automatizar procesos y actualizar, constantemente, los contenidos del currículo en la educación superior.

Al respecto, el investigador comentó que “en los últimos dos o tres años en Latinoamérica hemos tenido un boom de la IA, que se da, básicamente, porque los estudiantes descubren, a partir de métodos globalizadores, que existe un chat al que pueden preguntarle todo.”

En esta misma línea, el docente explicó que una buena gestión curricular “se ayuda de la IA”, ya que permite aprender y comprender mejor las necesidades de cada estudiante. No obstante, también advirtió que si bien, “la IA potencia el trabajo que se desarrolla, es importante entender que esta no vendrá a sustituir al docente como tal”.

La IA por sí sola no se piensa como un ente que viene a gestar un proceso racional reflexivo, agregó, y enfatizó que “lo que viene a demostrar es la posibilidad que a través de comandos matemáticos y ciencias de datos se brinde una respuesta con un sentido técnico-práctico para que el ser humano reflexione si tiene coherencia contextual con lo que se está desarrollando”.

Sobre este punto, el educador hizo énfasis en que “no podemos permitirnos que el estudiante consulte a la IA algo que puede consultarnos a nosotros. Estaríamos fallando plenamente si comenzamos a preguntar conceptos asociados a la literatura vinculada a la asignatura”. De esta manera, reforzó el punto señalando que “no podemos castigar el uso de la IA, pero tampoco podemos premiar que el estudiante haga un uso excesivo de esta”.

Como parte de su experiencia académica, el consultor de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica comentó su experiencia con nuestro país: “He trabajado con algunas universidades en Chile, principalmente con la de Tarapacá. Hemos hecho publicaciones conjuntas y trabajado algunos temas sobre gobernanza universitaria y transversalmente el tema de la IA”.

“Chile es un modelo de excelencia académica en Latinoamérica. A partir de ahí podemos ingresar a rankings universitarios que sean más solidarios con la transformación digital desde una mirada más humanista”, enfatizó Vargas sobre la posibilidad de contar con más y mejores herramientas digitales.

Sin embargo, el docente puso el acento en que contar con excelencia académica también implica hacerse cargo de una visión que permita fomentar el uso de las herramientas de transformación digital, tomando conciencia, por ejemplo de la brecha digital y desafíos como la medición del conocimiento, la adaptación hacia una igualdad digital y la implementación frente al currículo “heredado” de las generaciones anteriores.

“El estudiante está aprendiendo condicionado a la cantidad de información que se le está brindando”, afirmó el académico en base a que aún existen retos importantes en la posibilidad de realizar todas las labores con una conectividad digital que sea igual para todos. Asimismo, aseguró que el desafío de implementar la IA en el currículo incide directamente en cómo se transmite la información al estudiante.

En conclusión, la gestión curricular no puede permanecer estática ante la IA, pero requiere apertura, innovación y una visión centrada en el estudiante. Asimismo, la IA aplicada de forma crítica y ética ofrece herramientas para personalizar el aprendizaje, optimizar procesos académicos y transformar la experiencia educativa.

El Dr. Manuel Alberto Vargas Pérez es un académico y consultor con un enfoque apasionado en la educación, la investigación y el desarrollo comunitario. Su trayectoria se ha forjado en diversas instituciones, destacándose en la Universidad Estatal a Distancia (UNED) de Costa Rica, donde ha liderado proyectos de investigación-acción para mejorar la capacitación y formación en colaboración con municipios y diversas organizaciones internacionales. Su labor ha sido reconocida con el título de «Universitario Distinguido» durante tres años consecutivos (2019, 2020 y 2021) reflejando su compromiso con la excelencia y el impacto social.

Con un Doctorado en Educación y Pedagogía por la Universidad de Costa Rica, su investigación se centra en la gamificación digital, inteligencia artificial y la educación fiscal. Además, su experiencia como director de proyectos de cooperación internacional ha sido fundamental en su carrera. Estas experiencias no solo destacan su capacidad de liderazgo y gestión, sino también su compromiso con la sostenibilidad y el bienestar colectivo, consolidándose como un referente en el ámbito académico y consultivo.