La USerena florece: mil Rayitos de Sol y cientos de árboles nativos transforman sus campus

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Desde 2018, el programa ULS Reforesta ha impulsado la plantación de árboles nativos y suculentas de bajo requerimiento hídrico en diversos campus, combinando recuperación ecológica, formación estudiantil y un fuerte componente con el desarrollo del paisaje urbano sustentable.

Desde 2018, el programa ULS Reforesta viene cambiando la fisonomía ornamental de los distintos campus de la Universidad de La Serena, convirtiendo laderas áridas en franjas verdes, gracias a la plantación de especies nativas y suculentas de bajo requerimiento hídrico. La iniciativa impulsada por el académico del Departamento de Agronomía de la USerena, Cristian Ibáñez, combina recuperación ecológica, belleza paisajística y formación estudiantil, para crear verdaderos pulmones urbanos en la Región de Coquimbo.

Con respecto a esto, el Ingeniero Forestal, especializado en Biotecnología Vegetal y Genética, relató que “el programa está alineado con los objetivos estratégicos del plan de desarrollo de la universidad, el que entre otras cosas, buscaba impactar positivamente en la calidad de vida de toda la comunidad educativa, mediante un aumento sostenido y mejora de las áreas verdes, pero con un sello de sustentabilidad”.

Para llevar adelante dicho propósito, añadió, “el programa utiliza el concepto de paisajismo ecológico, es decir, aquel que privilegia el uso de especies nativas adaptadas al entorno y de bajo requerimiento hídrico”.

El académico relató que “comenzamos limpiando ladera noreste y una pequeña parte de la noroeste del Campus Andrés Bello, ya que había vegetación arbustiva y nativa que había crecido descontroladamente y mucha se había secado”.

De acuerdo a Ibáñez, “tras concluir el proceso de limpieza, las laderas quedaron desprovistas de vegetación y sometidas a un alto riesgo de erosión. Por eso, comenzamos a plantar árboles nativos, adaptados a estas condiciones áridas. Además, incorporamos plantas suculentas de bajo requerimiento hídrico, con alto potencial ornamental, como Rayitos de Sol y Doquillas, para lo que se contrató a un profesional especialista en forestación urbana, quien se encargó de coordinar los trabajos de reforestación”.

Sumado a esto, el doctor en Biotecnología Vegetal, señaló que “también se hicieron obras de conservación de agua y suelo, tales como terrazas, surcos en media luna para recuperar el agua de lluvia, además de podas de limpieza y regeneración, para ayudar a mantener sanos los árboles nativos que ya estaban en el campus, y comenzamos a trabajar estudiantes voluntarios, quienes comenzaron a recolectar semillas de los árboles nativos que teníamos en el campus, para propagar nuestras propias plantas nativas”.

ULS Reforesta no sólo está enfocado en el Campus Andrés Bello, también plantaron árboles en el Campus Isabel Bongard, y se reemplazó una zona de césped seco por Nolanas, Doquillas y Rayitos de Sol en el Campus Limarí de Ovalle, donde además se van a poner árboles y arbustos nativos. El próximo año se proyecta llegar con el programa a los Campus Gabriela Mistral e Ignacio Domeyko.

Mil y más Rayitos de Sol

Ibáñez detalló que “el Programa ULS Reforesta, desde su inicio hasta ahora, ha incorporado alrededor de 370 árboles y arbustos nativos al campus Andrés Bello, y debemos rondar los 500 árboles y arbustos nativos y alrededor de 2000 doquillas y similar cantidad de rayitos de sol, si consideramos los otros Campus de la Universidad”.

“Las Doquillas generan una alfombra verde que se colorea de magenta cuando los días están soleados, mientras que los Rayitos de Sol permanecen mucho más tiempo en flor y tienen un altísimo impacto ornamental, además son de bajo requerimiento hídrico, por eso, solo este año hemos plantado cerca de mil en el Campus Andrés Bello y esperamos el próximo año plantar otros mil”, agregó.

En relación a esto, aseguró que “usamos especies nativas que pertenecen al bosque esclerófilo de Chile, es decir, adaptadas naturalmente a las condiciones áridas y semiáridas, lo que incluye Algarrobos, Espinos, Maitenes, Quillay, Taras, Chañares, Alcaparras, Quebrachos y Boldos. También utilizamos suculentas de bajo requerimiento hídrico que dan color al campus, como Rayitos de sol, Doquillas, que aunque no son nativas tienen alto valor estético”.

Además agregó que este año, “comenzamos a propagar asexualmente a Nolana, una planta nativa con altísimo potencial ornamental pues su hábito de vida es muy parecida  al Doquilla, es decir, es una planta que cubre rápidamente el suelo, mejorando la retención de agua, reduciendo la evaporación, generando hábitat para insectos y otros animales, y generando un color verde turquesa que da vida y frescor a las áreas que la poseen. Y no ha sido fácil, pues es una planta no domesticada aún, así que estamos recién conociendo cómo se comporta en condiciones semi controladas de invernadero y vivero, pero vamos bien encaminados”.

Sobre el programa, el investigador reveló que han recibido aportes y donaciones de árboles nativos, por parte del Departamento de Agronomía, CONAF e INFOR. “También la Dirección de Planificación nos ha apoyado con la contratación de profesional y maquinaria al inicio del programa. La Dirección de Servicios ULS nos ha apoyado con sustrato y bolsas de trasplante. El Departamento de Biología nos ha facilitado espacios en su área de invernaderos. German Montecinos, Don Bernardino, Carla Mondaca y muchos otros funcionarios son y han sido partes claves para que el programa ULS Reforesta siga avanzando. Ni hablar del voluntariado ULS. Sin los estudiantes, muchas de estas plantas no podrían haber sido plantadas. Porque finalmente, el programa ULS Reforesta representa uno de los principios de la institución que es crear, de manera triestamental, una Universidad que sea del agrado de todos, un espacio acogedor, fresco en medio de la aridez, y que contribuya al bienestar general de la comunidad universitaria”, afirmó.   

Aprendizajes

Según el Dr. Ibañez, el programa ULS Reforesta es un programa que continúa con una iniciativa que comenzó a desarrollarse en la Universidad de La Serena a fines de los años 70, cuando estudiantes y académicos del Departamento de Biología comenzaron a plantar los árboles que hoy son adultos y que pueden disfrutarse en varios Campus de la Universidad, pero por sobre todo, en el Campus Andrés Bello.

En cuanto al programa ULS Reforesta, el experto hizo hincapié en que “han pasado 7 años desde que comenzamos con esta reforestación, y entre medio se enfrentó una pandemia que demostró lo acertada de la decisión de usar especies nativas adaptadas a la aridez en un contexto de forestación urbana pues, por razones obvias, la mantención fue mínima durante el periodo de confinamiento. Además, valoró la importancia de la paciencia y persistencia con este tipo de intervenciones, “recién ahora, tras 7 años, estamos comenzando a ver los resultados materializado nuestro sueño de convertir las laderas secas y desprovistas de vegetación, en espacios verdes y coloridos, porque las plantas han ido creciendo, se han asentando, adaptando al entorno, y la Universidad ha puesto esfuerzo en mejorar el acceso al riego que permite a las plantas crecer de manera saludable, llenas de vida”.

El académico insistió en que “esto además representa un gran aprendizaje para los estudiantes, ya que aprenden a valorar la flora nativa, la conocen y entienden sus dinámicas, y sobre todo el tiempo que requiere cultivarlas, además de comprender lo importante que es saber elegir las especies, ya sean nativas u otras, pues según el contexto territorial, las plantas deben ser capaces de ir creciendo por sí solas, sobre todo durante los dos a tres primeros post-establecimiento. Esa etapa es crítica, y la asistencia del riego allí es clave”.

Además, “los estudiantes se dan cuenta como la flora nativa urbana atrae insectos, aves y polinizadores, se mejora la condición nutritiva de los suelos, se detiene procesos erosivos, se vuelve un refugio para la fauna urbana y lentamente, gracias a estos esfuerzos de reforestación, el paisaje va iniciando un proceso de recuperación de su estética y sentido, y donde la construcción de un bosque en medio de la ciudad, aporta con un grano de arena en la purificación del aire que esa ciudad respira”.

Finalmente, el académico hace una invitación para que el triestamento que esté interesado en participar, se ponga en contacto con él para incluirlo en el voluntariado del programa y ser parte de las actividades que se planificarán para el próximo 2026. El correo electrónico de contacto es Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.