El psicólogo clínico y académico de la U. de La Serena, Néstor González, explica cómo la ansiedad puede provocar la caída del cabello y de qué forma esta afecta la autoestima.

La pérdida de cabello, más allá de ser un problema estético, representa un golpe emocional importante a la autoestima y generar ansiedad social. Néstor González, psicólogo clínico y coordinador del Centro de Atención Psicológica (CAPSI) de la Universidad de La Serena, advierte que el estrés es uno de los principales gatillantes fisiológicos de la caída capilar, alterando el ciclo natural de crecimiento del pelo.

La conexión entre la mente y la salud capilar es más directa de lo que comúnmente se piensa. Según González, el cabello forma una parte crucial de la identidad y la autopercepción. "Cuando una persona comienza a perderlo, es común que aparezcan sentimientos de inseguridad, tristeza o vergüenza", señala.

El impacto no es menor, el psicólogo detalla que en varios casos puede afectar la autoestima y generar ansiedad social, sobre todo si la persona siente que está dejando de ser reconocible. Por esto, insiste en que el acompañamiento emocional es fundamental. "Es fundamental reforzar su identidad más allá de la apariencia y ayudarle a recuperar la seguridad en sí misma", afirma.

Pero la salud mental no solo se ve afectada por la caída del cabello, el especialista dice que a menudo es la causa. Y en tal sentido explica el mecanismo detrás del estrés: "Cuando estamos bajo mucha presión o ansiedad prolongada, el cuerpo libera cortisol, que alteran el ciclo natural del cabello, haciendo que muchos folículos entren en una fase de reposo y luego se caigan antes de tiempo".

Este fenómeno, conocido como efluvio telógeno, es una de las causas temporales más comunes de pérdida de pelo. Además, el estrés crónico puede impactar el sistema inmunológico, favoreciendo condiciones como la alopecia areata.

González enfatiza que el cabello es un indicador del balance interno: “Nos habla del equilibrio entre cuerpo y mente". Por ello, recomienda que el cuidado capilar debe ir de la mano con el cuidado de la salud mental, sugiriendo "estrategias como la respiración consciente, el ejercicio físico, la meditación o la psicoterapia" como herramientas clave para regular el estrés y, en consecuencia, favorecer un cabello saludable.