La alianza entre la Universidad de La Serena y PRODEMU dio vida a un concurso literario que reunió 83 cartas a la poetisa.

En un año que invitó a acercarse a la escritura, a la vida y obra de la poetisa chilena, Gabriela Mistral, su voz volvió a escucharse desde otros cuerpos, otros territorios y otras historias. Esta vez no en versos firmados por ella, sino en 83 cartas escritas por mujeres de distintas edades, comunas y trayectorias de vida de la Región de Coquimbo, reunidas en el concurso literario Cartas Abiertas a Gabriela, organizado por la Universidad de La Serena y PRODEMU.

Como hito de cierre del programa conmemorativo desarrollado durante todo el año se realizó una ceremonia que abordó la escritura como acto íntimo y valiente, y premió especialmente a las tres cartas ganadoras, una por cada provincia: Elqui, Limarí y Choapa. Todas forman parte ahora de un libro colectivo editado por la Editorial USerena.

Durante la actividad, la rectora de la Universidad de La Serena, Dra. Luperfina Rojas, destacó el sentido profundo del concurso y el trabajo colaborativo que lo hizo posible. “Hoy hemos logrado homenajear a las personas ganadoras y escuchar sus relatos. Ha sido una actividad tremendamente positiva que nos ha permitido avanzar en el conocimiento y sobre todo difundir y divulgar el valor que tiene nuestra poetisa con sus poemas, con su actividad como diplomática, como maestra y todo lo que ella desarrolló en defensa de los derechos de los niños, de las mujeres y también en mostrar lo que es nuestro país Chile”, afirmó.

Por su parte, la directora ejecutiva nacional de PRODEMU, Martha Vallejos, relevó la participación territorial y la emoción que acompañó todo el proceso: “Para nosotros es un orgullo y también una alegría inmensa de la participación de las mujeres de la región de Coquimbo, de las 15 comunas de la región, de las tres provincias. Ha sido una actividad muy emotiva y esperamos que esta actividad haya servido para que las mujeres se incentiven y podamos continuar leyendo la obra de Gabriela, porque finalmente Gabriela sigue viva en nuestro país y en nuestros corazones”.

Las protagonistas del concurso también compartieron lo que significó atreverse a escribir. Desde la provincia del Choapa, la ganadora Jessie López Alvarado relató su experiencia personal. “Es una experiencia muy positiva, muy emocionante en realidad, porque yo nunca pensé escribir ni postular al concurso. Fue más bien un deseo de mis hijos, que ellos leen lo que yo generalmente escribo, y por primera vez me presentó a un concurso. Cuando me llamaron y me dijeron que había ganado como representante del Choapa, para mí fue ya lo máximo”, afirmó.

Desde Limarí, Karina Fuentes Salinas puso el acento en el aprendizaje y en la necesidad de mantener vivo el nombre de Gabriela Mistral en las nuevas generaciones. “Siento que me voy con aprendizaje de esta experiencia y creo que debería replicarse a las futuras generaciones, porque el nombre de Gabriela tiene que ser enaltecido, no puede quedarse dormido. Debemos proclamar el hecho de que Gabriela es de acá, que es producto de nuestra región y que ella es una mujer conocida en el mundo entero”, señaló, agregando que escribir la carta “me permitió ampliar el espacio a un lugar más confidencial en donde podíamos dialogar, podíamos conocer nuestros secretos, nombrar quizás nuestras emociones sin tapujos, sin temor a nada”.

La ganadora de la Provincia de Elqui fue Jenny Torres, quien no pudo asistir a la ceremonia y fue representada por su hermano Gustavo Torres, quien leyó su carta y recibió el reconocimiento de parte de la organización.

Finalmente, la coordinadora del Centro Mistraliano USerena, Desirée López de Maturana, subrayó el valor de la escritura como necesidad y como forma de vínculo con Gabriela: “Hoy día hablamos de atreverse, de escribir, tal vez va a ser ya casi una necesidad poder expresarse a través de este medio, de la escritura, de sentirse convocada por Gabriela, que creo que eso es fundamental”.

El concurso Cartas a Gabriela recibió 83 cartas de mujeres que decidieron escribirle desde la vida cotidiana, la naturalidad, la memoria y la emoción. Todas esas voces hoy integran un libro que deja constancia de que Gabriela Mistral no es solo una figura del pasado, sino una presencia que sigue convocando, interpelando y acompañando a quienes se atreven a escribir.