Así señala la académica de la Universidad de La Serena, Dra. Paola Salas, en el marco del Día Mundial de la Salud.
Este 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, cuyo lema este año es “cobertura sanitaria universal”. La idea proviene desde hace 10 años atrás cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) diagnostica que en muchos países no estaban las facilidades para acceder a la salud en forma igualitaria por parte de todas las comunidades.
Al respecto, conversamos con la Coordinadora del nuevo Núcleo de Investigación y Transferencia Tecnológica de las Ciencias de la Salud de la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Serena y académica Paola Salas, Doctora en Salud Pública. Ella recalca que la idea de fondo de este llamado es promover “que todas las personas puedan tener la atención que necesitan, cuando quiera que la necesiten, en el seno mismo de sus comunidades y todos por igual. Muchas personas cuentan con salud pero no dentro de sus comunidades y la idea de la cobertura universal es que la salud llegue donde la persona lo necesita, en su comunidad y territorio y en los días en que lo necesita”, señala la profesional, quien agrega que esto requiere voluntades, decisiones territoriales y políticas públicas.
Se está avanzando en este ámbito en países de todas las regiones del mundo. La OMS señala que aún existen millones de personas que siguen sin acceso alguno a la atención de salud. Y muchas personas, que se cuentan también por millones, se ven obligadas a elegir entre la atención de salud y otros gastos cotidianos, como alimentos, vestidos o incluso un techo.
Pero comparando la realidad chilena con la de otros países en el mundo, la experta nos cuenta que “en Chile hemos ido avanzando en aumentar el acceso, un claro ejemplo es la atención de los equipos de salud en las postas rurales y estaciones médico rurales, si bien no con la periodicidad que uno quisiera, pero hay un acercamiento al menos a este pensamiento de la OMS (Organización Mundial de la Salud) de la cobertura universal, esto por ejemplo no existe en otros países de Latinoamérica, por ejemplo en México, y en menor magnitud en países de África”.
La académica comenta que en lo que hemos avanzado como país hacia la cobertura sanitaria universal es el Programa AUGE (Acceso Universal a Garantías Explícitas). El AUGE constituyen un conjunto de beneficios garantizados por Ley para las personas afiliadas al FONASA y a las ISAPRES en 80 patologías permiten acceso algunas a diagnóstico, a tratamiento y a veces a seguimiento.
Otro ejemplo de lo beneficioso de la cobertura sanitaria universal en nuestro país es la seguridad social, que se materializa por ejemplo, en la distribución gratuita de leche a los menores de dos años y que se mantiene hasta nuestros días, incluso se han ido incorporando otros grupos como es el caso de los adultos mayores en el programa nacional de alimentación complementaria. También la seguridad social incluye el acceso a las vacunas como un claro ejemplo de lo que significa cobertura universal en Chile y que además va en la línea de la cobertura universal entre países ayudando a que enfermedades prevenibles no prosperen, como el Sarampión o la Tuberculosis. Se ha logrado así la erradicación de la Viruela (1950), de la Poliomielitis (1975) y eliminación del Sarampión (1992) en Chile. Lo importante es el hecho que las vacunas son gratuitas para toda la población. “Si yo soy FONASA o Isapre no tengo que comprar la vacunas del Programa Nacional de Inmunización, el Estado me la da gratis, sólo tengo que acercarme a los vacunatorios públicos y privados en convenio con las Secretarias Ministeriales de Salud de cada región”, manifiesta.
Finalmente, la académica recalca que la idea de estas celebraciones mundiales es llamar a la reflexión a la comunidad, a los equipos de salud, a los estudiantes y docentes del área de salud, sobre la importancia de su labor para facilitar la cobertura sanitaria universal. “En la Universidad de La Serena, queremos que nuestros estudiantes del área de salud estén comprometidos con las comunidades, en especial las más alejadas. Somos nosotros quienes tenemos que ir a las comunidades, ya que somos servidores de las políticas universales de la OMS”, indica. Y agrega que “en esta línea el trabajo e inversión principal tiene que ser con facilitar el acceso a los bienes públicos sanitarios, a educar en materias de prevención de enfermedades crónicas, en promover la alimentación saludable y la actividad física para que el gasto en salud de la ciudadanía sea cada día menos, con mejor acceso y con esto contribuir a elevar la calidad de vida de la población”.
Escrita por Dra. Paola Salas y Dra. Marcela Gatica, Facultad de Ciencias