La presidenta del Consejo Nacional de Facultades de Educación, ha estado presente en reuniones de la Agencia Nacional de la Educación, del Mineduc y del proyecto ciudadano llamado “El Plan Maestro”.
La decana de la Facultad de Humanidades de la U. de La Serena, Dra. María Zúñiga, ha estado participando en forma constante en diversas instancias nacionales relacionadas con la reforma educacional, en específico, lo relativo a la formación de profesores, incluyendo en ello, la perspectiva del aseguramiento de calidad, que por cierto, atañe a toda la formación de educación superior, y muy en especial, a la carrera de pedagogía por su impacto en los procesos de aprendizaje de las nuevas generaciones, como también en la gestión escolar.
La decana Zúñiga, por su rol de presidenta del Consejo Nacional de Facultades de Educación del CRUCH, está siendo parte de grupos de estudio y consulta sobre estas materias que están en la discusión nacional y por cierto en la Universidad. “En este plano, y en lo que a mi concierne, traigo todos los materiales y trabajos en curso, a los consejos de Facultad, donde se analizan, se entregan orientaciones, se distribuyen los materiales a los directores de Departamento y Escuelas, para que a su vez, sean analizados en los respectivos claustros. Creo que los profesores deben estar al tanto de los nuevos requerimientos y de cómo se nos está demandando un trabajo más acucioso y dedicado y con resultados que deben ser objetivamente validados. En esto, los directores tienen un rol muy importante porque se relacionan directamente con los profesores, que están en la base, en el corazón de la academia. No sólo la información queda en la nuestra Facultad, sino que también se comparte con académicos de otras carreras de otras facultades y por cierto, se entrega la información a la Vicerrectoría Académica”, manifestó la académica.
La semana pasada, la Dra. María Zúñiga fue invitada a una reunión en la Agencia de Calidad de la Educación, organismo que está empeñado en incorporar criterios y estrategias para el aseguramiento de calidad en el desempeño profesional de los estudiantes, una vez egresados de sus carreras, en un marco de sustentación del quehacer docente en los programas de formación de profesores. “La Universidad ha sido invitada a participar en una iniciativa que se orienta al uso de la información, que se construye de datos duros provenientes de resultados de pruebas estandarizadas, evaluación externa, como el SIMCE, Pisa, entre otros instrumentos, y que obviamente, constituyen una base orientadora para la toma de decisiones a nivel del trabajo escolar”, sostuvo la decana, quien ha ofrecido los espacios académicos para entrar en un proyecto de trabajo conjunto.
En otro plano, igualmente, la semana pasada, la decana fue invitada a una reunión sobre Carrera Docente con la subsecretaria de Educación, en el Ministerio, lo que también se está realizando esta semana, por segunda oportunidad. En estas reuniones participan representantes de distintos cuerpos colegiados, grupos especialistas, colegio de profesores, alcaldes, y por cierto, el Consejo de Decanos. En la reunión de este jueves se abordaron tres temas claves, los criterios de selección para los postulantes a las carreras de educación, los criterios para el mejoramiento de la nueva prueba Inicia, y los nuevos términos de referencia para los proyectos de apoyo a las universidades. “Este último punto es para nuestra institución muy, pero muy importante. Nosotros tenemos que ser parte de los nuevos proyectos de mejoramiento de nuestras carreras y ámbitos académicos y tendremos que trabajar duro para conseguirlos, pero sin ninguna duda, lo lograremos”, comentó.
La Dra. Zúñiga agregó que “en los últimos meses, también hemos integrado los grupos directivos y de base del proyecto ciudadano llamado “El Plan Maestro”. Este proyecto, cuya cara más visible es nuestra Premio Nacional de Educación 2013, Beatrice Ávalos, ha hecho entrega al ministro de Educación de un documento contundente de principios, procesos y mecanismos para el mejoramiento de la formación de profesores. En todo el país, nuestras carreras incluidas, han podido participar de una votación amplia a favor de la propuesta”.
A propósito de las actividades señaladas, en una crónica publicada hace algunos días por El Mercurio, la decana de Humanidades realizó una diferenciación entre “derecho a la educación” y “derecho al aprendizaje”. La docente quiso ahondar en esta materia, explicando que a su parecer, “y así lo muestra la literatura especializada, es que los estudiantes, en cualquiera de sus niveles, tienen el derecho a aprender y lo que parece clave, es aprender en el tiempo adecuado, oportuno. Así por ejemplo, una persona que tiene un retraso escolar, que no aprendió a leer sino hasta la edad adulta, se habrá perdido desarrollar una serie de procesos asociados al desarrollo social, personal, y por cierto, al desarrollo cognitivo. Si llevamos esta reflexión a la situación nuestra de formadores, en cualquiera de las disciplinas, esto es un imperativo para nosotros los profesores, ya que tenemos que lograr que nuestros estudiantes no sólo aprendan y bien, que logren las competencias que hemos definido en los programas y planes de estudio, sino también, tenemos que desarrollar en ellos comportamientos sociales, actitudes hacia el trabajo, hacia los demás de solidaridad, de colaboración, de generosidad, de lealtad”, puntualizó.
Finalmente, señaló que “tenemos una gran tarea, pero hay que entregarse a ella. Cada uno de nosotros tiene que dar lo máximo desde su respectivo espacio (…) los estudiantes lo aprecian, lo valoran mucho y lo buscan en nosotros”.