
Se trata de un drone StarDust que podrá realizar un mapeo de la zona de estudio, coincidiendo con el paso del vehículo aéreo UAVSAR, que en 2016 volverá a efectuar mediciones de humedad de suelo en nuestra región.
Durante la reciente visita a la Universidad de La Serena del Embajador de Estados Unidos en Chile, Michael Hammer, el diplomático destacó una serie de proyectos de colaboración científica entre la casa de estudios de la Región de Coquimbo y diversas instituciones y organismos gubernamentales de EE.UU. Una de estas iniciativas es la impulsada por científicos de la NASA, del Servicio de Investigaciones del Departamento de Agricultura de los EE.UU. y de la ULS, a través del jefe del Laboratorio Central de Análisis e Investigación Aplicada del plantel estatal, Mg. Héctor Maureira, la cual ha permitido que el vehículo aéreo de la NASA, conocido como UAVSAR (Uninhabited Aerial Vehicle Synthetic Aperture Radar), haya sobrevolado durante 2014 y 2013 gran parte de la región con el propósito de efectuar mediciones de humedad de suelo mediante teledetección de radar.
El proyecto de cooperación internacional contempló la medición de cuatro campos en 2013 (Juan Soldado, Callegari, La Alpina y Las Cardas), mientras que el año pasado se sumó el análisis de los viñedos de Tamaya y Tabalí (Provincia del Limarí) con el objetivo crear un Modelo de Gestión Hídrica del cultivo de la vid, utilizando los datos satelitales, lo que entregará una herramienta de toma de decisión de manejo del riego, a través de mapas de Evapotranspiración, de Temperatura y Humedad de Suelo y Vegetación, y de Stress Hídrico. Para la validación de los datos teledetectados por el radar, se contó con el apoyo de un Grupo de Terreno, el cual coincidiendo con el paso de la aeronave, realizó mediciones y toma de muestra de suelo y vegetación en los campos agrícolas.
El responsable de la Misión NASA-UAVSAR en la Región de Coquimbo, Héctor Maureira precisó que en el marco de este proyecto internacional, se está “trabajando con las imágenes que hemos generado en estos dos últimos años, además de hacer extracción de características de humedad y textura de suelo”.
También sostuvo que el próximo paso por la zona del avión de la NASA, está programado para el año 2016, y que la “idea es utilizar mayor tecnología en terreno. Tenemos comprometido el uso de un sistema de radar de terreno (GPR), que permite establecer perfiles de humedad en el suelo”.
A su vez, señaló que paralelo al sobrevuelo de la misión UAVSAR, se espera la utilización del recién adquirido drone StarDust, que podrá realizar un mapeo de la zona a analizar. El drone está equipado con sensor óptico en el rango visible e infrarrojo, acondicionado para efectuar levantamientos topográficos y obtención de imágenes aéreas aplicadas a la obtención de índices vegetacionales aplicables en agricultura de precisión.
En este sentido, el jefe del Laboratorio Central de Análisis e Investigación Aplicada, precisó que esta nueva tecnología –que se puede utilizar en otros estudios-, permite la medición de características de terreno, como por ejemplo en clorofila. “Puede medir la calidad o el vigor vegetal de un cultivo”, afirmó el Mg. Maureira, añadiendo que si existe un cultivo con vigor disminuido, esto puede ser identificado en el mapa, permitiendo posteriormente que se tomen determinaciones para modificar o mejorar el lugar y aumentar la productividad de un terreno.
Cabe resaltar que para cumplir con su misión, el drone cuenta con GPS de vuelo, autopiloto con sistema de navegación inercial IMU, computador de planificación de vuelo, sistema de control terrestre y motor eléctrico acondicionado para vuelos de hasta 5.000 mts. de altitud.




En la oportunidad, tanto el Rector Avilés como el diplomático estadounidense, expresaron su voluntad para continuar fortaleciendo la cooperación entre el plantel estatal y la Embajada.
El diplomático destacó la alta convocatoria que tuvo esta charla en la que abordó un tema que es relevante en las relaciones entre Estados Unidos y Chile. “Tenemos que cooperar entre los países para afrontar desafíos globales como el cambio climático, las enfermedades contagiosas y muchos otros temas. Es importante informar lo que estamos haciendo como Embajada, pero también la actividad científica que se está realizando en términos de astronomía en la Región de Coquimbo, el lanzamiento del telescopio LSST, la cooperación que tenemos con la ULS en otros ámbitos. Queremos que los dos países aumenten los vínculos, y que se acrecienten los lazos con la región y la Universidad”, expresó.
“Nuestros gobiernos están interesados en el intercambio de conocimientos que se requieren para el progreso de la ciencia. Nosotros le llamamos a este trabajo ‘Diplomacia científica’, que por vía de acuerdos bilaterales y multilaterales, e inversiones internacionales, busca intentar la colaboración científica”, aseguró en su presentación. Además, indicó que “muchos de los desafíos globales que hoy en día vemos no pueden resueltos por un solo país. El cambio climático, la propagación de las enfermedades infecciosas, seguridad alimentaria, energía limpia y confiable, son temas que nos afectan a todos y que solo se pueden afrontar con cooperación internacional y eso es lo que la administración del Presidente Obama ha querido realizar durante su mandato”.

El investigador y académico del Departamento de Biología de la ULS, explicó que luego de trabajar en salinidad y secuenciar el transcriptoma del Algarrobo (Prosopis chilensis), encontró un par de genes que están relacionados con el reloj circadiano, “con la Dra Eriksson demostramos hace poco tiempo atrás el importante rol que cumple el reloj circadiano en el Álamo (Populus spp) para anticipar y coordinar las estrategias moleculares que le permiten a este árbol tolerar el estrés por frío. El reloj circadiano es básicamente un mecanismo molecular endógeno, autónomo, que todo ser vivo posee y que permite ajustar y coordinar las funciones biológicas internas con lo que ocurre en su medio externo”, señaló el investigador, agregando que el ejemplo clásico que se da para entender el reloj circadiano es el efecto “Jet Lag” de los vuelos trasatlánticos. La desincronización entre el reloj biológico interno y el nuevo huso horario del lugar de destino provoca una alteración importante del sueño. No obstante, después de un par de días el reloj circadiano logra reajustar todas las funciones internas del organismo con las nuevas condiciones horarias y la persona recupera el sueño y su actividad normal.
La primera de estas estancias la realizó el Dr. Cristian Ibáñez, acompañado por dos de sus estudiantes de postgrado, quienes permanecieron durante un mes en